En este peculiar enclave podremos encontrar todo tipo de esculturas de animales a tamaño real: desde los autóctonos como son los zorros y los ciervos, a exóticos como elefantes, extinguidos como dinosaurios e incluso un Dodo.
Además cuenta con algunas esculturas de Ángel Calvente en una total sinergía con la naturaleza que las rodea y también con algunas representaciones religiosas como un nacimiento que le da un toque navideño, una maqueta de una iglesia andorrana y un pequeño espacio para la oración dedicado a Santa Rita.

En pocas palabras definiría los Jardins de Juberri como un lugar de contrastes, de un estilo versallesco.
Donde naturaleza y escultura conviven en una original armonía que no os dejará indiferentes tengáis la edad que tengáis.

El espacio que acompaña el itinerario está distribuido a modo de parterre con salto de agua incluído.

Por lo que he podido leer en una notícia del Diari d’Andorra en 2005, a raíz del riesgo de incendios, el Comú de Sant Julià de Lòria se vió obligado a talar varios árboles.
La vecina propietaria de las esculturas, Nicole Grignon, al ver la situación propuso al Comú convertir este espacio en unos caminos llenos de vegetación, color y esculturas y, aunque gustó, no disponían de presupuesto para la causa.
La señora Grignon se ofreció a financiarlo ella misma y así es como el proyecto “El Jardí dels Símbols” finalmente vió la luz tal y como lo conocemos hoy de la mano de Ángel Calvente.